Este pintor y escultor caroreño nació el día lunes, 20 de enero de 1868 y murió en la misma ciudad el día domingo, 7 de enero de 1934. Es un personaje del cual se han elaborado las más chistosas anécdotas debido a su excentricidad y es poco conocido. Hizo estudios en la escuela de artes y oficios en Barquisimeto con Eliezer Ugel, fue discípulo de Emilio Jacinto Mauri entre 1887 y 1899. Estudio en Roma con el maestro Aurelio Augusto Tiratelli finalizando el siglo XIX, gracias a una beca del general Aquilino Juares, presidente del estado Lara. Hacia 1903 participa en el Primer Concurso Industrial del Estado Lara. En consecuencia, en 1904 regentaba su propia escuela. En 1905 su obra ya era reproducida y comentada en El Cojo Ilustrado. p.68
Una resolución del día sábado, 3 de febrero de 1906 comisionó a Arze a pintar al presidente José Cipriano Castro Ruiz y a Aquilino Juares. Entre 1914 y 1923 se encuentra en Carora, con breves lapsos en Caracas, ya que aparece como profesor auxiliar de escultura en la Academia de Bellas Artes, en abril de 1921. Ese año dictaba clases de dibujo en el liceo Fermín Toro en sustitución de Manuel Cabré. Desde 1919 se dedicó al retrato. Su cuadro épico Las Queseras del Medio fue exhibido en la fotografía Manrique. De él es también un retrato de José Gil Fortoul. Al morir de tuberculosis usaron sus pinturas como mortaja siguiendo las medidas sanitarias de la época. Por iniciativa de José Requena, se creó en 1954 el Salón Julio T. Arze, en Barquisimeto.
Álvarez, A. Pbro. Nos escribe que:
En una de sus estadías en la ciudad de Carora, quizás entre 1914
Sin embargo, lo más asombroso de este óleo que evoca con maestría ese tercer lugar de la geografía del más allá, el purgatorio, es que ahí se encuentran diversos personajes, mujeres y hombres, con las expresiones llenas de dolor, consumiéndose entre las llamas y que eran sus propios ídolos familiares y su esposa. Ha sido un verdadero e imperdonable crimen cometido contra nuestro legado
pictórico. Lo más lamentable es que los registros fotográficos de la obra, si
es que se hicieron, tampoco aparecen.
Asimismo, Arze Álvarez elabora algunas pequeñas esculturas de santos, las cuales afortunadamente se encuentran en buena custodia de la Diócesis de Carora, tal como ha señalado el Obispo Curiel Herrera.
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